Si hay mitología en el deporte, este es uno de
los más grande, reconocidos por propios y extraños, ORANGE BOWL, dada su relevancia internacional y los resultados obtenidos a través de esa misma
relevancia, nos permite al establecer comparaciones - que son necesarias al
momento de establecer valor agregado - ya que nos es lo mismo un deporte
individual como el tenis que trasciende a través de un superindividualismo y
hiper competencia, contra aquellos deportes de equipo que posee menos
exposición y mayor contención de sus integrantes.
El tenis no tiene más que individualidad, cada
uno de sus practicantes desde el inicio mismo de la práctica amateur afronta
dicha condición, que la mayoría de ellos denomina SOLEDAD DEL JUGADOR, cuasi
emparentado con la máxima de boxeo, popularizada por el singular Ringo
Bonavena, "te sacan el banquito, y estás solo, sin ayuda".
ORANGE BOWL recibe a los mas granado de los
juveniles del mundo tenístico, en especial a partir de fines de los 80, siendo
1990 nuestro objetivo, pues allí nos vemos reflejados como unidad poblacional,
pueblo, dado que Nicolas D´Angelo Santarelli, con 14 años, iniciaba su
experiencia internacional, de la mano de su sola ilusión - que acompañan sus
padres obviamente - y la extrañeza del lugar al cual iba.
NICO nació en Firmat,el 4 de Julio de 1976, madre
docente y padre odontologo, ambos simpatizantes del tenis. El Club A. Argentino
fue su ámbito de desarrollo deportivo. Su cancha de tenis estaba en la Villa
Deportiva que el club tiene sobre la ruta nacional 33. Canchas que su propio
padre ayudo a construir. Foto típica del niño pequeño que arrastra su raqueta
en los comienzos, muestra cuan pronto empezó a practica el tenis.
Pocos fueron quienes lo acompañaron en este
proceso, tenía pocos antecedentes de jugadores rankeados en el pueblo, de
manera que su tránsito en la practica deportiva sería duro. Más allá de la
marca presencia de sus padres en este andar, tengamos en vista que nunca contó con un medio propicio para gestar y desarrollar tenis de alto nivel. Todo fue
muy contra la corriente, con esfuerzo colosales, con desgaste constante. Allí
comienza la presión.
En 1990, Nicolás viaja a ORANGE BOWL junto a una
delegación de tenistas argentinos entre los cuales - los vemos en la foto junto
a Nicolás - Federico Brown (n° 1 del mundo en juveniles de ese momento) y
Franco Squillari, quienes fueron muy reconocidos en nuestro país tiempo después.
Su construcción como jugador tuvo que ver con
esto, como también su adiós al tenis. Ambas circunstancias habitaron en el hasta
que un día le dijo a su madre "No quiero jugar más al tenis", en
realidad no quería seguir compitiendo, no quería seguir un camino intransitable
ya para él.
Su madre comprendio, solamente faltaba su padre, anécdota que queda para otra ocasión, pues el perfil de su padre merece ser
puesto en términos de conducta social ampliada, y podamos ver los pro y los
contra de un padre fana del tenis.
NICO hoy día disfruta de una vida adulta, en la
agencia de turismo, que junto a su madre, dirige; hoy día recuerda con mucho
humor todo su paso por el deporte de competencia, ya relajado y sereno por la
experiencia de vida que lo hacen correrse del foco.
Su ejemplo es el de cientos de jugadores de tenis
que pusieron el freno, en su carrera hacia jugador profesional, proponiendo la
reflexión y la decisión, por encima de la continuidad.
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