En 1919, setiembre, primavera, se publica la
crónica de lo que sucede en la plaza principal del pueblo un fin de semana. En
esa, se pude develar el real espíritu deportiva que ya existía en
Firmat, y las incumbencias que producirían en cada uno de los nombrados al
pasar los años.
Ya, casi sin quererlos, aparecían los brotes de
los competidores y los protagonistas de la vida cotidiana; aquellos que irían
al campo de batalla y aquellos que los alentarían. Hoy, con la historia pasada
en la mano, es muy simple dilucidar nuestro diario vivir deportivo, pues somos
consecuencia de todo aquello, en lo bueno y en lo malo, que seguramente es el
desafió.
Al leer la crónica del Correo de Firmat, se puede
observar las características de las competencias realizadas, pues cada una de
ella nos permite observar las culturas personales acerca del deporte de aquel
momento. Puedo mencionar la carrera de 75 mts mixta y el salto en alto,
seguramente alentada por Lopéz Jacob dado que su hermano mayor inmediato
practicaba atletismo en su ciudad natal de Pergamino, y él habría visto ese
tipo de competencia.
No podemos dejar de lado nuestra historia pasada,
pues de sus hechos surgen nuestros hechos. Los protagonistas no han muerto,
solo sus cuerpos han desaparecidos, sus hechos están presentes en cada uno de
nosotros, de un modo o de otro. Creer ingenuamente que el olvido existe, es
como decir que el futuro no existe. Afirmaciones que jamás poder contrariar.
Nuestros jóvenes cumplieron una máxima de la
neurociencia, que dice "la mayor plasticidad neuronal se produce en los
primeros años de vida, en la pubertad y con las lesiones", en los momentos
de fervor emocional estos jóvenes daban rienda suelta a su creatividad y se
ponían en acción.
Las prácticas deportivas tenían, tienen y tendrán
su respaldo, en la historia misma. No en el conocimiento, pues este se puede
cambiar por otro, mutar, transformarse, hasta podría destruirse, en cambio los
hechos históricos serán siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario