Aquí a Firmat, llega de la mano de un grupo de
entusiastas jóvenes que vieron la posibilidad que el Club A. Argentino, y el
pueblo, tuviesen una nueva disciplina deportiva y convocara a niños/as, adolescentes y adultos que no
estaban en las ya conocidas. Corría 1972.
Fue un gran éxito de convocatoria pues en
determinado momento llegaron a ser 200 practicantes entre niño/as,
adolescentes, jóvenes y adultos. Se logro incorporar nuevos sectores de la
comunidad, abriendo el espectro disciplinar y social al vínculo sustentable
entre los comunes.
El Firmat Foot Ball Club tuvo también su
posibilidad, lo puso en marcha con la salvedad que su duración fue muy corta.
Los judokas del C.A.A fueron entrenador por el 1°
Dan Carlos Ike, oriundo de la ciudad de Venado Tuerto, que debió rendir su ultimo
cinturón (1° DAN) para poder ingresar a
trabajar en el C.A.A.
En aquella década, entre 1970 y 1980, ambos
clubes eran contenedores en exclusiva de las actividades recreativas de la gran
mayoría de los niños/as y adolescentes de la clase media firmatense, por ello
también, la gran cantidad de practicantes en las disciplinas deportivas, tanto
femeninas como masculinas.
El judo pudo avanzar, formar buenos representates
y competir de igual a igual con varias potencias de este deporte en el sur
santafesino y cordobés. Visitaron casi todas las localidades en donde pudieran
competir, hasta se aceptaron invitaciones de pueblos donde se quería
promocionar el deporte y se hacía allí, una exhibición de la actividad.
El judo
promovió la tolerancia en un ambiente existísta, que lo sigue siendo, que
pregonaba el ganar a toda costa. Allí el judo enseño a perder y si aprendías
correctamente, a ganar. Esto ultimo se debía a que al tener una competencia
constante, interna, hacía que la aplicación y atención del alumno a las
enseñanzas, y la correcta práctica de las mismas, hacían la diferencia entre unos
y otros. Quien tenía mejor técnica ganaba, no había mayor fuerza, peso o
tamaño. Y se potencia el saber pleno, cuando se competía en los torneos zonales
y regionales.
Su desaparición fue producto de la realidad que
abruma, y la falta de toma de decisiones por parte de la dirigencia actuante
que no pudo superarse a si misma.
Ya en 1983 la disciplina había dejado de
practicarse en el C.A. Argentino, lugar donde había nacido para la comunidad.
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