lunes, 13 de febrero de 2017

JUAN C. LISBONA, BOXEADOR.




Cuando hacemos valer el término antropológico de hombre, nos referimos al individuo socialmente adaptado y consolidado para su tarea de vivir, más allá de hecho existencial biológico. Por ello, podemos verlo en Juan, quien nació en Maria Susana, provincia de Santa Fe, el 15 de octubre de 1931. Siendo niño se traslada con su familia a la localidad de Fuentes (Sta Fe) donde reside junto a sus tíos. A los 7 años, juntos sus tíos, se traslada a Firmat, donde puede realizar la escuela primaria, hasta 5to grado en la Esc. N° 158, y finaliza el 6to grado en el Esc. N° 159. En 1944 junto a otros jóvenes del barrio forma parte de un equipo de baby futbol que participaba del torneo que organizaba el F.F.B.C. en las instalaciones de calle Mitre y Santa Fe. Este equipo se denomino ALAS MOTORIZADAS.
Ya a fines de los ´40 se inicia en la práctica del ciclismo, y despues comienza también con el pedestrismo representando siempre, al Fredriksson Foot Ball Club. Es por estos tiempos que empieza su gusto por el boxeo, planteado desde una anécdota donde junto a otro joven de apellido Casal sabían ponerse a guantear para despuntar el vicio, hecho que poco a poco fue derivando en la compra de los guantes de box. Fue el comienzo para una trayectoria satisfactoria en la práctica y formación de boxeadores como reconocida a nivel dirigencial, siendo en está etapa muy reconocido por su honestidad como manejador de boxeadores, ambiente donde la mayoría de los promotores se alzaban con la bolsa antes de pagar a los boxeadores, JL los esperaba al día siguiente en su oficina, con los sobres ordenados para cada uno de ellos, contado esto por Carlos Alvelo quien fuera su pupilo en algún momento. Fue Sindico Suplente - muy joven - de la CD  del Fredriksson Foot Ball Club, que está en su barrio, en 1954. Fue pro tesorero del Firmatense Boxing Club en su fundación el 3 de noviembre de 1967.
Supo contar JL que a mediados de los 50 se realizó el clasificatorio argentino para los Juegos Olímpicos en el estadio Norte de la ciudad de Rosario, allí fueron 3 representantes del sur santafesino en ellos Juan Lisbona, fiscalizado por la federación Argentina de Box. Habiendo ganado, cada uno de los representantes del sur santafesino, sus respectivos combates, se produjo lo inesperado, la FAB declaró desierta la clasificación.
Luego dejar el box, su vida paso por el trabajo en la fabrica de cosechadoras VASSALLI, donde se destaco como empleado.
Hoy día sufre de Alzheimer, enfermedad neurodegenerativa, que poco a poco lo aleja de la realidad.

El deporte amateur tuvo en el un representante valiente, un defensor a ultranza de los derechos del boxeador y un convencido que el boxeador debe ser responsable de la disciplina que práctica.

Para dejar en claro su legado, le dedicamos estás palabras.

YO, BOXEADOR
Soy quien, al sacarle el banquito
queda solo, absolutamente solo.
Aquel que solo, afronta su realidad,
elegida y para la cual se entrena.
Soy quien asume, solo, victoria y derrota
pues nadie me reemplaza.
Estoy solo sobre la lona, parado o caído,
cuasi abandonado a mi suerte.
Suerte o verdad, así es el boxeo,
así lo llevo dentro y así construyo
mi vida.
Soy boxeador, nada más y nada menos.


Horacio.

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