viernes, 22 de septiembre de 2017

CLUB DEPORTIVO CENTRAL ARGENTINO. 1921.



Cumpliendo el mandato de la sociedad, este club se crea a instancia de los sucesos nacionales y locales. Por un lado, la mayoría de las lineas ferreas del país fueron creando en sus estaciones o poblaciones fundadas un club que los represente, Firmat no sería menos; aunque también está que como los involucrados eran un su mayoría socialistas, que ante los hechos que se producían en el barrio Carlos Casado de aquel momento, como fue la fundación en 1920 del Sportiva Firmat en los terrenos de la Plaza Moreno, hicieran que la propuesta del nuevo club contradijera la del otro. El Sportiva era una institución privada, donde solo entraban socios reconocidos del pueblo, y estaba ubicado en una zona donde la pobreza era evidente, esta situación no era coherente, a ver de los nuevos fundadores, que el CDCA tendría objetivos de incluir a los que no podían acceder a ese club y a ese deporte, el tenis, por ello la construcción comenzada en 1921 en los terrenos de la FFCA.
La foto actual no ubica en relación a la foto de 1921. Se observan los tanques de agua que servían a los trenes, y si miramos con atención, se puede ver algo del galpón que conocemos "del Pueblo".

Las suposiciones son las mas cercanas al pensamiento manifiesto en otras obras de algunas de las personas presente en los trabajos de construcción de la cancha de tenis, como Toscano y Trella, para nombrar alguno.


No se trata de lucha entre clases, se trata de realidades contrastantes, las mismas que existen hoy día pues la pobreza siguen existiendo, aggiornada si se quiere y los clubes exclusivos para socios ídem.
No hay significado tergiversado, los clubes deportivos deben sustentarse en el tiempo y para ello necesitan aportes de dinero, para ello asocian personas a la institución; ante ello los sectores sociales que no tienen posibilidades económicas para acceder al club pago, también deben tener la posibilidad de acceder a un club donde realizar una práctica deportiva.

La idea del club ferroviario tuvo la duración que le pudieron dar sus fundadores y practicantes.

JUDO, DEPORTE OLIMPICO Y PRACTICA LOCAL.


Aquí a Firmat, llega de la mano de un grupo de entusiastas jóvenes que vieron la posibilidad que el Club A. Argentino, y el pueblo, tuviesen una nueva disciplina deportiva y convocara a niños/as, adolescentes y adultos que no estaban en las ya conocidas. Corría 1972.
Fue un gran éxito de convocatoria pues en determinado momento llegaron a ser 200 practicantes entre niño/as, adolescentes, jóvenes y adultos. Se logro incorporar nuevos sectores de la comunidad, abriendo el espectro disciplinar y social al vínculo sustentable entre los comunes.



El Firmat Foot Ball Club tuvo también su posibilidad, lo puso en marcha con la salvedad que su duración fue muy corta.
Los judokas del C.A.A fueron entrenador por el 1° Dan Carlos Ike, oriundo de la ciudad de Venado Tuerto, que debió rendir su ultimo cinturón (1° DAN)  para poder ingresar a trabajar en el C.A.A.
En aquella década, entre 1970 y 1980, ambos clubes eran contenedores en exclusiva de las actividades recreativas de la gran mayoría de los niños/as y adolescentes de la clase media firmatense, por ello también, la gran cantidad de practicantes en las disciplinas deportivas, tanto femeninas como masculinas.
El judo pudo avanzar, formar buenos representates y competir de igual a igual con varias potencias de este deporte en el sur santafesino y cordobés. Visitaron casi todas las localidades en donde pudieran competir, hasta se aceptaron invitaciones de pueblos donde se quería promocionar el deporte y se hacía allí, una exhibición de la actividad.






 El judo promovió la tolerancia en un ambiente existísta, que lo sigue siendo, que pregonaba el ganar a toda costa. Allí el judo enseño a perder y si aprendías correctamente, a ganar. Esto ultimo se debía a que al tener una competencia constante, interna, hacía que la aplicación y atención del alumno a las enseñanzas, y la correcta práctica de las mismas, hacían la diferencia entre unos y otros. Quien tenía mejor técnica ganaba, no había mayor fuerza, peso o tamaño. Y se potencia el saber pleno, cuando se competía en los torneos zonales y regionales.
Su desaparición fue producto de la realidad que abruma, y la falta de toma de decisiones por parte de la dirigencia actuante que no pudo superarse a si misma.

Ya en 1983 la disciplina había dejado de practicarse en el C.A. Argentino, lugar donde había nacido para la comunidad.

lunes, 18 de septiembre de 2017

PRIMER CANCHA DE FUTBOL EN FIRMAT.


El  4 de marzo de 1904 Zanini Hnos. y Otro venden en la esquina de Pueyredon y Solís de 85m sobre Pueyredon y 105 sobre Solís a Isabel Francizca de Mc Intosh.- Esta la vende a Barizone el 3 de abril de 1906 (es lo que fue "Las Buenas Noches").

Doña Francizca fue la mama de uno de los jugadores del primer equipo del NOBOYS de Rosario. Está casa se menciona ya de boca de Nelson Real cuando se intenta dilucidar los comienzos del fútbol en Firmat.
Fue allí donde aquellos primeros futboleros visitantes tuvieron su base de operaciones cuando se realizo el primer partido entre la escuadra local y aquella de jugadores del club rosarino recientemente creado en 1905.
Es muy claro que Firmat fue un polo de atracción para los sectores comerciantes de todo el sur santafesino, dada su pujanza que esta expuesta a partir del 1900.

Según se pudo establecer allí existió una rudimentaria cancha de fútbol, que era usada los fines de semana por los jóvenes familiares y amigos, de visita en el lugar.

jueves, 14 de septiembre de 2017

HORACIO SEGUI, ROJO Y BLANCO.


En mayo de 1974, el primer equipo de basquetbol de River Plate derrota a Comunicaciones 73 a 60, consagrándose campeón de la Federación de Basquetbol de la Capital Federal.
Ese equipo tenía a un firmatense en sus filas, Horacio Segui, formado en el Firmat Foot Ball Club.
El equipo campeón estuvo integrado por: Coccaro, Guerrero, Wiemann, Dapia, Denis, Armer, Seguí, Fouquet. DT: Alberto Finguer.
Horacio Seguí, fue uno de los pocos jugadores locales que llegaron a jugar en los grandes clubes de la Capital Federal en un momento clave de este deporte. Antes, 1972, Carlos Fabrini fue citado por la misma institución aunque tuvo que desestimarla por la lesión en su rodilla.

Lo particular de esta participación es que sus colores son los mismos, Seguí no pierde sus orígenes y mantiene sus colores inmanentes, vivos, aún a la distancia.

lunes, 11 de septiembre de 2017

Carlos "cabeza" Delfino. ¿El santafesino record?

Quizás lo sea hasta hoy día, pues las estadísticas así lo dicen. Es sin lugar a dudas hecho único en nuestra provincia que un solo jugador, en un mismo año obtenga tanta cantidad de títulos, y hay que valorar el esfuerzo física y metal que esto representa para un adolescente de 17 años, tener 7 competencias en menos de 6 meses siendo dos de ellas constante como fueron las de juvenil y primera de la Asociación Santafesina de Basquetbol, dado aún mayor valor todavía a los logros obtenidos.
Sin dudas al observar los resultados y ver su desempeño posterior muestra que no cualquier adolescente pude llegar a este nivel de exigencia física y mental, por ello es que quizás se transforme con el correr del tiempo en un record difícil de superar.
Aquí esta también la demostración de que el alto rendimiento deportivo es para pocos, muy pocos. Esa es la realidad que manda y que no debemos dejar de comunicar. No todos los niños/as que comienzan una practica deportiva, que en su transitar van mostrando cierta mejoría y calidad día a día, podrán, algún día, ser atletas de alto rendimiento.
Pues para ello habrán de pasar tantas cosas en su vida, que no las conocemos y que tampoco sabemos como él o ella reaccionarán ante estás. Es muy difícil promover el deporte como una actividad sana y digna, pues la predominancia del existimo en la sociedad argentina atenta contra esta posibilidad.

Lo que le sucedio a Delfino no es común, es poco probable que en la realidad común esto suceda, dado que los resultados no son manejables por el hombre, solo puede aportar su presencia, ganas y esfuerzo.






martes, 5 de septiembre de 2017

UN BOXEADOR, UN HOMBRE COMPROMETIDO.



Quizás las personas sean de características presumiblemente similares según sus contextos y formación. Esta vez nos encontramos con quien representa una excepción a la regla, alguien que pudo transitar sus sueños y saltar a caminos alternativos para cumplir otros sueños, se transformo, se hizo así mismo y promovió su propio existir, ese que interiormente anhelaba. A través de sus concreciones otros se beneficiario y a su vez lo beneficiario existencialmente a él.
La muerte le llego de manera poco pensada para sus seres queridos, quizás mas esperada por él y sus circunstancias.
Alfredo Cortes, nace en Firmat a comienzos de la década del 30, en el barrio La Hermosa, sobre la calle Pbro. Manuel Alberti, casi Av. 9 de julio. Tuvo una infancia acompañada por sus hermanos, dos varones y una mujer, sus padres, y sus amigos del barrio.
A los comienzos de la década del 50 toma el boxeo como su deporte, como aquello que le brindaría un espacio de él, y el reconocimiento de su gente cercana, en especial de su familia, que según sus escritos, era una búsqueda constante.
Su recorrido boxistico comienza claramente en Firmat y la zona, aunque siempre su deseo fue ser reconocido realmente por otro público, es decir, el quería triunfar en la vida a través del boxeo. Por lo que me comentaba Comba, su gran amigo local y confidente a la distancia, su relación con su entorno cercano no era la que deseaba y mucho menos cuando se trataba de boxeo y en una de las cartas enviadas, Cortes muestra su flaquear ante este saber tan intimo, y aún sintiendo que estaba triunfando en otro lugar, no se sentía pleno sin el reconocimiento paterno.
Su vida puede sonar contradictoria desde el desconocedor del padecer que un deportista puede tener o sufrir, que sería una doble vía para ser o no ser. La neurosiquiatría a demostrado que algún patología subyacente en la persona puede ser elemento destacado en su desarrollo como ser social a través de algún actividad laboral, cultural o deportiva, promoviendo y empoderando su persona para cumplir un rol destacado en el mundo de relación.
Cortés claramente estaba dominado por un dolor embrionario que hacía que el boxeo fuera su fin en la vida, pues le brindaba el lugar en el mundo, lo acogía con cariño y lo dejaba ser, sin decirle o imponerle tal o cual valor, pues el ya lo tenía reconocido, introspectado, no era necesario repetirle las cosas
Ser boxeador  puede ser muy difícil, hay ejemplos por cientos en la historia del boxeo argentino, y él es uno de ellos que dieron su vida para lograr el objetivo, el gran objetivo de ser reconocido popularmente.
Cortés fue un humilde hombre que con su sencillo modo de ser tomo la decisión de dejar su tierra firmatense para buscar gloria en otro lugar, se fue al noroeste del país a boxear, ser lo que quería ser.

Tuvo su primer destino de Yuto (Jujuy) al noreste de esa provincia, en el mismísimo limite con Salta sobre la ruta nacional 34, donde vivió en una pensión donde sus dueñas (según cuenta en una carta enviada a Comba) lo querían como un hijo, tanto que casi se casa con una de ellas. Allí logro su clasificación para representar a Jujuy en el campeonato “Guantes de Oro” en 1954, siendo auspiciado por la municipalidad de Yuto, evento considerado el más importante del país en lo que a boxeo refiere en aquellos años.
Luego paso a Formosa, donde vivió en Pozo del Tigre durante un tiempo hasta que a comienzos del 55 le llega la oportunidad de pelear con el campeón paraguayo René Carreras, con un empate, que lo puso en el candelero y en el consciente de los aficionados paraguayos. Tal es así, que en su próximo combate, los hinchas lo sacan en andan, con tan mala suerte que en un mal movimiento lo dejan caer y pega su pecho contra una butaca quebrándose 2 costillas. Estuvo varios meses “envuelto” como relata en otra carta, hasta poder recuperarse.



Un vez recuperado, no sabemos en que estado, regresa a la actividad ya viviendo en Asunción del Paraguay, donde se cambia sus nombre originales por nuevos, dado que los promotores no querían que lo reconocieran como profesional, querían que siguiera siendo amateur y poder inscribirlo para los clasificatorios a los Juegos Panamericanos de México. Algo que evidentemente no pudo ser, dado que dejo esa tierras para buscar nuevos rumbos, y siempre con su dolor a cuesta.
Rubén Comba, a quien Cortés dirigió sus cartas aquí en Firmat, nos cuenta que sus días terminan viviendo más aventuras, pues fue concejal en un pueblito de Formosa, donde se dedico a luchar por aquellos que tanta necesidad tenían de una casa digna y esto lo llevo a su desaparición forzada, tanto que sus familiares fueron amenazados cuando intentaron reclamar el cuerpo de Cortés.
Nunca más se supo sobre el tema , que siempre quedo oculto e inexistente para el común. Hoy recordamos al boxeador firmatense que quiso encontrarse con si mismo, ser y existir con absoluta libertad, lo que podríamos llamar un HOMBRE LIBRE.

YO, BOXEADOR

Soy quien, al sacarle el banquito
queda solo, absolutamente solo.
Aquel que solo, afronta su realidad,
elegida y para la cual se entrena.
Soy quien asume, solo, victoria y derrota
pues nadie me reemplaza.
Estoy solo sobre la lona, parado o caído,
cuasi abandonado a mi suerte.
Suerte o verdad, asi es el boxeo,
asi lo llevo dentro y así construyo mi vida.
Soy boxeador, nada más y nada menos.

        HEBP